Categorías
Opinión

Splatoon: Tinta nueva en Nintendo

Splatoon Opinión

Yusuke Amano, Tsubasa Sakaguchi, Hisashi Nogami… Futuro presente de Nintendo. Explican su nuevo juego en las entrevistas agachándose, moviéndose, imitando a un calamar que muta en humanoide si es necesario. Cosas de derrochar energía, entusiasmo. Son los codirectores y el productor de Splatoon, el juego de disparos de Nintendo que tanta tinta ha hecho correr. De ellos esperamos innovación, sangre nueva corriendo por las venas de una compañía centenaria.

El juego de disparos. De Nintendo. Sí. “Quiero hacer un shooter en primera persona. Pero no tengo tiempo”. Miyamoto selo disparó a Kotaku en 2012. Sus balabras se dispersaron por webs, foros y hasta llegaron a provocar heridas en algunos corazones. ¿Nintendo haciendo un Call of Duty? La escena más violenta que recordaba en un juego de Nintendo era a Bowser cayendo a un foso de lava después de que Mario cortara el puente de madera que permitía cruzarlo, emergiendo el rey Koopa entre alaridos del magma, con su piel carbonizada dejando paso a un esqueleto que después atacaría bajo el temible nombre de Bowsitos. Y aquellas palabras de Miyamoto, quizá, estaban reconociendo que los jugadores preferían matar a un nazi de un disparo de escopeta que a un Goomba de un bolazo de fuego.

Splatoon es el juego de disparos (en tercera persona) enfocado al multijugador competitivo online que Nintendo está a punto de lanzar tres años después de aquellas declaraciones. En Splatoon hay que disparar constantemente, pero no hace falta matar a nadie para ganar una partida. Las armas disparan tinta de colores y lo que importa es desparramar tinta y no sangre por los escenarios. No hay nazis, no hay soldados, no hay robots. Hay sorpresa: calamares de colores (similares a los Blooper) fundiéndose en su pegajosa munición y saltando de un lado a otro en una guerra por conquistar territorio. Hay mecánica. Hay sangre nueva. La tinta es la nueva sangre. El equipo que desarrolla Splatoon consta de los diseñadores más jóvenes de la compañía, procedentes del equipo de los Animal Crossing. Miyamoto ejerce de supervisor, como lleva haciendo en los últimos tiempos. Sale de la oficina más tarde de las diez de la noche. Ya lo había dicho, no tiene tiempo. Sabe que es el tiempo de Amano, de Nogami, de Sakaguchi. De aquellos a los que les ofreció que el juego estuviera protagonizado por Mario pero tuvieron una idea mejor.

Chris Sutherland, Steve Hayes, Gavin Price, Steven Hurst, Grant Kirkhope… pasado de Rare, presente de Playtonic. Querían hacer un plataformas en tres dimensiones pero no tenían tiempo, dinero y libertad para hacerlo. De ellos esperamos que sigan haciendo lo de siempre. Otro juego de saltar y recolectar objetos protagonizado por una pareja imposible de animales. Está de camino a Nintendo Switch.

Podían haber sido un elefante y un ratón, un perro y un gato, uno del PP y otro de Podemos. Finalmente han sido un camaleón y un murciélago. Yooka y Laylee nacieron porque miles de personas que han dicho alguna vez que pagarían por un nuevo juego de plataformas de Rare han demostrado que lo decían en serio. Nuestra nostalgia por su trabajo vale más de dos millones de libras. Irónicamente, sólo recolectando dinero por todo el mundo han podido hacer otro juego lleno de mundos y recolección.

He apoyado el Kickstarter de Yooka-Laylee y he comprado Splatoon el primer día. Que sirva para luchar contra el mal vicio de pedir algo nuevo pero siempre acabar pagando por lo de siempre.

(Columna publicada originalmente en deusexmachina.es)

Categorías
Opinión

Captain Toad y los videojuguetes

Captain Toad Treasure Tracker Opinión

Videojuguete. El concepto me vino a la cabeza en plena partida de Captain Toad: Treasure Tracker. Cuando estaba inclinando hacia un lado y hacia el otro el GamePad y el escenario del juego se movía en consecuencia, como si en lugar de flotar suspendido en el aire estuviera sujeto por mis manos. Era como si estuviera escudriñando una casita de Pinypon para descubrir cuántas habitaciones tiene y su grado de detalle. Y si el acabado del mando de Wii U ya transmite sensaciones de juguete, que Captain Toad se muestre tanto en la televisión como en la pantalla del GamePad lleva eso más allá, porque es posible tocar en la pantalla para interactuar con el escenario. Tira con el dedo de ese cartel y lo arrancarás, sopla y la hélice girará para desplazar la plataforma, toca esa gaviota y saldrá volando. Como cuando abría todas las puertas y ventanas de la casita de juguete simplemente porque quería comprobar si se podía. Toca, experimenta, juega. Captain Toad es un videojuguete.

Me ha recordado también al Tricky Bol: un puzle con el que jugar, un juguete que es un puzle, lleno de mecanismos con los que trastear. Fácil de superar pero que te ofrece retos que van más allá. Lo has hecho, muy bien, ahora quiero que lo hagas más deprisa, sin que te hieran, cogiendo todas las monedas, sin tocar más de tres veces las plataformas que se mueven a tu voluntad. Toad (y Toadette) es esa pequeña bola que por sí sola no puede hacer mucho, pero con tu ayuda es capaz de llegar al final del recorrido. El sistema de retos extra que se revelan sólo cuando superas cada nivel es como cuando al fin consigues que la bolita supere todas las trampas pero, al repetir la partida, te das cuenta de que es posible completar esa sección haciendo que la bola sólo salte una vez en lugar de las seis que necesitaste en la primera pasada.

Me gusta que haya juegos como Captain Toad, como ese Trickybol, en esta época en la que hay tantos videojuguetes Action Man: los que consiguen que te dejes llevar por el anuncio molón, por la atractiva historia predefinida (¡derrota al malvado Doctor X!), por el cuidado acabado de la figura, con un protagonista con tatuaje en el fornido brazo y cicatriz en la cara. Eh, el Action Man está totalmente articulado, por lo que puedes hacer que se rasque el mentón mientras apunta con una pistola al villano (se vende por separado). Está bien. Pero prefiero el castillo de Peach de Playmobil. El que desempaqueté en mi primera partida a Super Mario 64. Ante mí tenía todo un campo de pruebas para experimentar con todo lo que podía hacer mi nuevo Mario.

Si una consola es un cajón de juguetes, mejor que lo sea con todas las consecuencias: Que sea ese loco lugar en el que el Action Man convive con el peluche del osito, donde el Playmóbil con la cabeza hueca descansa en una cajita hecha de piezas de LEGO y la Barbie le ha robado la moto al Motorratón. Sin Amiibos porque no llegaste a encontrarlos en ninguna tienda. Por eso creo que este primer juego de Toad como protagonista es algo más que el primer juego protagonizado por Toad. Es un juego importante en 2015. Entre acusaciones de haber abandonado la senda de la innovación, Nintendo quizás tenga el mérito de no distraerse con las enormes posibilidades que ofrecen las últimas tecnologías y centrarse ‘sólo’ en lo esencial, en el diseño. En hacer que todos los cúbicos escenarios de Captain Toad no tengan aristas. En que no juegues a Captain Toad: Treasure Tracker, sino con Captain Toad.

Vuela por ahí una frase que dice que la única diferencia entre un niño y un adulto es el precio de sus juguetes. Nintendo es una empresa juguetera de más de 120 años. Siga llenando cajones de juguetes, abrace el free to play o cambie champiñones por caramelos para firmar el próximo Candy Crush, Nintendo nunca ha dejado de fabricar grandes juguetes, y todo apunta a que lo seguirá haciendo. Sólo cambiará su precio.

(Columna publicada originalmente en deusexmachina.es)