Se cumplen 135 años desde la fundación de Nintendo en 1889, y el 2 de octubre Nintendo inaugurará en Kioto su museo. ¿Estará a la altura de ese legado centenario? Nintendo Museum (que inicialmente se iba a llamar Nintendo Gallery, así fue anunciado) va a estar ubicado en el mismo lugar que ocupaban unas antiguas instalaciones en las que Nintendo fabricaba barajas de cartas, como las hanafuda. El recinto consta de 3 edificios conectados por una plaza con temática de Super Mario.
En el segundo piso del edificio 1 hay una gran zona de exposición con vitrinas llenas de productos de Nintendo a lo largo de su historia. Hay que destacar que están presentes las versiones de cada región: puedes ver una Famicom junto a una NES, sus cajas, las distintas versiones de cada juego, japonesa, americana y europea para comparar las cajas y las portadas.
Como curiosidad, los productos expuestos no están precintados y de hecho tampoco están como nuevos: tienen imperfecciones, con esquinas de las cajas abolladas, marcas de uso, algo que ha provocado reacciones entre los defensores del coleccionismo de videojuegos. Hay quien ha afirmado que su colección personal es superior a la que expone la propia Nintendo en su museo. Todo por ese afán u obsesión de conseguir una copia en estado 10/10, precintada, perfecta… esa que se califica como una “pieza de museo”. Y todos podíamos suponer que si alguien dispone de copias precintadas o en el mejor estado posible de sus productos sería la propia Nintendo, pero la compañía está poniendo frente al espejo esas obsesiones del coleccionismo, y está fomentando la preservación de la autenticidad, de un producto completo y bien conservado, sí, pero también usado y disfrutado. Encima de las vitrinas hay unas pantallas con vídeos de los principales juegos. En otra vitrina hay una recopilación de productos clásicos de Nintendo anteriores a los videojuegos: desde barajas de cartas a juegos de mesa, juguetes y lanzamientos variopintos que ya hemos comentado en Nintendatos como el cochecito de bebé Mamaberica, la aspiradora Chiritori o las primeras consolas de Nintendo, las Color TV-Game.
También hay una serie de exposiciones concretas, que quizá vayan cambiando: una de dedicada a juegos de movimiento, otra con la evolución del bloque de interrogación a lo largo de la serie Super Mario, que curiosamente incluye la versión del bloque de Wario Land, que no tiene una interrogación, pero bueno. Eso sí, he echado en falta el bloque de Nintendatos, si Nintendo está escuchando esto, yo le facilito el material a máxima resolución. También una serie de pantallas con vídeos que muestran la evolución técnica de series como Super Mario.
También es posible participar en 8 experiencias interactivas basadas en productos de toda la historia de la compañía: por ejemplo, en una pantalla gigante en el suelo es posible jugar a las cartas de Hyakunin Isshu, un juego tradicional japonés que consiste en encontrar rápidamente la carta con los versos que completan un poema. Es un tipo de barajas de cartas que Nintendo también fabricó desde sus inicios. Esta experiencia parece recuperada del museo Shigureden, también en Kioto, dedicado a este tipo de cartas, y en el que también colaboró Nintendo. Otra de las experiencias consiste en un juego de disparar a enemigos del universo de Mario usando una Zapper o Super Scope. Ultra Machine SP, que permitirá jugar a un juguete clásico que Nintendo lanzó en 1967, diseñado por Gunpei Yokoi, que permitía jugar al béisbol en el salón. Podremos probarlo en una recreación de un salón de la época. También está Ultra Hand SP, una experiencia que permitirá probar ese invento de Gunpei Yokoi que fue el primer éxito de Nintendo en el sector juguetero. Otra de las experiencias es Love Tester SP, para probar el aparato que supuestamente medía la afinidad amorosa entre dos personas. Game & Watch SP permitirá jugar a juegos de Game & Watch interactuando nuestra propia sombra, como si fuera la silueta del propio Mr. Game & Watch. Nintendo Classics, que permite jugar a más de 80 juegos de NES, Super Nintendo y Nintendo 64. Big Controller, que propone jugar a clásicos de varias consolas con mandos gigantes, por lo que requieren la colaboración de dos personas para poder manejarlos. Y también hay experiencias centradas en las clásicas cartas hanafuda: una de manualidades que permite crear tus propios naipes, y otra de aprender a jugar con las cartas hanafuda y por supuesto jugar.
Y como curiosidad, la línea de autobús que lleva al Museo Nintendo es la línea 64. Y la línea ya existía, es casualidad que vaya a pasar por ahí. Pero vamos, les ha quedado una referencia perfecta.
Las entradas se pueden adquirir en la página web del museo y el proceso de compra es curioso: es necesario tener una cuenta Nintendo y se venden primero por sorteo. Eliges la fecha y la hora en la que te gustaría visitar el Museo, solicitas participar en el sorteo y si eres seleccionado, puedes comprar la entrada. Si sobran entradas para una fecha después de un sorteo, se podrán adquirir hasta el día anterior a la fecha de visita. Este sistema requiere que haya que estar pendiente de la entrada con 3 meses de antelación, Nintendo recomienda que si quieres visitar el museo por ejemplo un 15 de julio, entres en el sorteo a lo largo de abril. Hasta las propias entradas van a ser especiales: puedes elegir si quieres que en la entrada se muestre tu Mii, el de tu cuenta Nintendo. Al acceder al museo, se añaden 10 monedas a tu entrada, y estas monedas sirven para participar en las distintas “exposiciones interactivas” del museo, como la Ultra Machine. Cada “experiencia” cuesta un número determinado de monedas, así que puedes gastar tus monedas en probar varias experiencias o repetir la misma varias veces hasta que te quedes sin monedas. Y no es posible adquirir más monedas, aquí no hay microtransacciones. Además, tus puntuaciones en cada actividad del museo se guardan en tu entrada, y puedes consultarlas desde la web. Hay que destacar que la entrada no garantiza acceso a las actividades del taller de manualidades y juegos, como crear tus propias cartas hanafuda, sino que tienes que reservar y pagar esas actividades en persona una vez llegues al museo. Por cierto, la entrada de adulto cuesta 3300 yenes, aproximadamente unos 20 euros al cambio. Las de niños son más baratas.
El Museo cuenta con una tienda llamada Bonus Stage, que dicen que con productos exclusivos, y una cafetería en la que venden bebidas y hamburguesas. Detallazo que en la cafetería haya una vidriera con arte de Zelda: The Wind Waker. Nintendo destaca que es posible elegir ingredientes al gusto para hacer tu propia hamburguesa, pero señalan que en el menú hay opciones vegetarianas, pero no veganas, sólo ovolacteovegerarianas, es decir, con leche y huevo. Destacar que hay más de 270.000 combinaciones de ingredientes para las hamburguesas pero que no haya ni una opción para personas veganas me parece bastante triste, creo que merece un buen tirón de orejas, porque cuidar la accesibilidad de un museo es también cuidar esto. Una opción vegana es la más inclusiva, la puede consumir cualquier persona. Espero que recapaciten, tendré que ir bien desayunado el día que visite el museo, porque tampoco se puede entrar con comida.
La visita al Museo, según Nintendo, requiere aproximadamente 3 horas para verlo todo. Todo apunta a que será un éxito a nivel de visitantes, seguro que se convertirá en un lugar de peregrinación de todos los entusiastas de Nintendo. Pero tengo que reconocer que lo que hemos podido ver me ha dejado un regusto algo agridulce, no es exactamente lo que esperaba. Los museos tienen diversas funciones, desde preservar el patrimonio a difundir la cultura y la historia, y deben ofrecer una experiencia memorable y enriquecedora a los visitantes, y lo visto hasta ahora me ha parecido más una exposición de una feria de coleccionismo o una zona de un parque temático que un museo como tal. Y realmente esto me ha chocado viniendo de Nintendo, que considero que siempre se ha caracterizado por reivindicar su legado: mostrar con orgullo su historia introduciendo multitud de referencias a su pasado en sus productos, en Nintendatos ya habrás podido ver montones de homenajes y referencias en sus videojuegos a juguetes y productos del pasado. Y realmente Nintendo sí se esfuerza en mostrar lo que hay detrás de sus productos, con iniciativas como los Iwata pregunta, ahora Pregunta al desarrollador, que nos permiten descubrir el proceso creativo que hay detrás de sus productos, ver diseños concepturales, bocetos, material del desarrollo, conocer a las personas que están detrás y sus inquietudes, de hecho estas iniciativas de compartir todo lo que sucede en la trastienda de la compañía, no deja de ser un acto de relaciones públicas o marketing que es beneficioso para la propia compañía porque contribuye a fortalecer los vínculos con sus clientes, conocer a Iwata, Miyamoto, Tezuka, Aonuma, Fujibayashi, etcétera, saber cómo piensan, que muestren cercanía, hagan memes y en definitiva, que nos caigan simpáticos, refuerza los lazos que tenemos con la compañía, fomenta que los clientes o usuarios se conviertan en entusiastas de Nintendo y su cultura, y por eso estamos aquí en Nintendatos.
Por eso, lo que se ha podido ver del museo parece una oportunidad perdida para que Nintendo acerque al público lo que sólo ellos pueden acercar, tanto el material como la información de la que sólo dispone la propia Nintendo. No niego el valor intrínseco de conservar, reunir y poder tener delante físicamente un enorme catálogo de productos lanzados a lo largo de décadas, pero para ver las portadas y comparar las distintas versiones de un juego siempre puedo buscar imágenes o vídeos en internet. Pero lo que solo podría hacer Nintendo es mostrar prototipos de consolas o juegos que nunca han visto la luz, documentos originales del desarrollo de juegos, fotografías o vídeos internos del trabajo de creación de productos que hicieron historia… eso es lo que hace que tengas delante una exposición como la que puede hacer un coleccionista, es lo que hace que tengas delante historia del videojuego. Especialmente creo que sería una pena que el Museo no sirviese para reivindicar y acercar al público las historias de las personas que han hecho posible que la compañía tenga más de un siglo de historia e incluso su propio museo: los Yamauchi que fundaron la compañía y la guiaron en sus inicios, figuras trascendentales como Gunpei Yokoi, Masayuki Uemura… es raro porque Nintendo siempre han mostrado con orgullo que cuentan con las figuras más veteranas de la industria, no es habitual que personas de más de 70 años como Miyamoto sigan ejerciendo de embajadores y portavoces de la compañía. Al principio del Direct, se mostró una fotografía inédita de la oficina de Nintendo durante la primera época de la empresa tras su fundación en 1889. Era una foto de la misma oficina que pudimos ver gracias a una fotografía que trascendió en 2017 gracias a una exposición con motivo del 150 aniversario de la era Meiji, pero aparentemente de una fecha posterior. Y esto me ha hecho pensar en el archivo documental, gráfico, histórico del que dispondrá Nintendo y que podría compartir con el mundo en su museo. Porque lo que espero de un Museo de Nintendo es que podamos ver material inédito de su trayectoria, de sus creaciones, conocer las historias de las figuras clave de la compañía, y no productos apilados detrás de una vitrina sin más contexto o información. En la propia página del museo se explica que los productos expuestos se comparten “con pocas explicaciones”, y sigue “al observar los objetos expuestos le animamos a que forme sus propias ideas”. Pero tener delante una Famicom y al lado una NES no te dice nada más que hubo diferentes versiones de una consola, pero no te explica el por qué de ese cambio y lo que supuso en la historia de Nintendo y de los videojuegos. Insisto en que no dudo que visitar el museo será una experiencia muy agradable y divertida, muchos detalles que se han visto denotan el mimo que esperamos de Nintendo y tenemos que otorgarles el beneficio de la duda porque aún no conocemos todo lo que ofrece el museo, y siempre puede ir cambiando y mejorando, pero tras ver lo que han presentado mi sensación es que alguien puede aprender más sobre la historia de Nintendo con Nintendatos que con el mismísimo Museo de Nintendo, y sería una lástima que este Museo fuese una oportunidad perdida para que Nintendo contase su propia historia como nadie la hemos podido contar antes, compartir con el mundo la historia de una compañía que realmente se merece un museo.
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