Arabia Saudí está haciéndose con Nintendo (y con todo)

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Arabia Saudí anunció que prohibía la venta de Final Fantasy XVI en su país. Es un juego lógicamente muy esperado, exclusivo para PlayStation 5. Y dirás, vale, es una mala noticia, ¿pero qué tiene que ver esto con Nintendo? Bueno, resulta que Arabia Saudí se ha convertido en el mayor accionista externo de Nintendo. Y esto tiene implicaciones.

Por situarnos, Arabia Saudí es un país de Oriente Próximo, en Asia, bajo un régimen de monarquía absoluta. Es una dictadura en la que quien tiene todo el poder es el rey, y el siguiente que tendrá el poder será su hijo, y así sucesivamente por la magia de la sangre real. Puede parecer que estamos hablando de Final Fantasy, de un juego de fantasía medieval, pero esto sigue ocurriendo a día de hoy en el mundo. Arabia Saudí tiene mucho dinero porque da la casualidad de que en su país hay mucho petróleo, es la segunda mayor reserva confirmada de petróleo del mundo, por detrás de Venezuela, y es el principal exportador de petróleo del mundo. Vale, Arabia Saudí tiene muchísimo dinero, otra cosa es el reparto desigual en la sociedad, ¿pero cómo es que Arabia Saudí tiene tantas acciones de Nintendo?

Resulta que Arabia Saudí tiene un ambicioso plan para reestructurar su economía: quieren reducir su dependencia del petróleo, y por eso están diversificando sus inversiones. Para ello cuentan con el Fondo estatal de Arabia Saudí, uno de los fondos soberanos más grandes del mundo, con 620.000 millones de dólares. Y los están usando para invertir en todo: en entretenimiento, energías renovables, deporte, por ejemplo, el fondo saudí ha comprado el equipo de fútbol inglés Newcastle United y ha mostrado interés en adquirir el Campeonato Mundial de Fórmula 1… Al frente de la gestión de este fondo está el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman, que por lo visto ha reconocido ser fan de los videojuegos, en concreto de Call of Duty. Algo que podría explicar que esté invirtiendo miles de millones de dólares en la industria del videojuego.

En mayo de 2022, conocimos que Arabia Saudí había adquirido a través de su fondo soberano el 5% de Nintendo, invirtiendo más de 3.000 millones de euros. Según el medio Bloomberg, un portavoz de Nintendo aseguró que se habían enterado de esto a través de los medios. Nintendo no ha hecho más declaraciones al respecto. Y el pasado mes de febrero, trascendió que el Fondo de Inversión Pública saudí ya se había hecho con el 8,26% de acciones de Nintendo.

Y no estamos hablando sólo de Nintendo: el Fondo de Inversión Pública saudí ha invertido más de 3000 millones de dólares en acciones de Activision Blizzard, EA y Take-Two. Además, el príncipe saudí ha comprado el 5% de las acciones de Capcom y la práctica totalidad de SNK: la empresa de The King of Fighters, Fatal Fury, Metal Slug, también han comprado más del 8% de Embracer Group, propietaria de empresas como Eidos Montreal, Crystal Dynamics…

¿Esto qué implica para Nintendo o para la industria del videojuego? Yo al menos no me sentiría cómodo si uno de mis mayores accionistas, y cada vez el de más compañías, fuese un régimen en el que la homosexualidad está bajo pena de muerte. Creo que no hace falta que diga nada más sobre el tipo de atrocidades y vulneración de los derechos humanos de los que estamos hablando. Tampoco es que Nintendo pueda evitar que sigan comprando acciones… son una compañía cotiza en bolsa y puede comprar acciones quien puede pagarlas. Y Arabia Saudí puede pagar lo que quiera. Si acaso podrían recomprar acciones, algo que ya han hecho en alguna ocasión. Esperemos que de ninguna manera esto pueda condicionar el contenido de futuros juegos de Nintendo o de ninguna compañía. Nintendo en concreto está dando pasos hacia una mayor diversidad e inclusión, pero su mayor accionista externo representa justo lo contrario. Volviendo a Final Fantasy XVI, según ha dicho la Comisión General de Medios Audiovisuales de Arabia Saudí, lo han prohibido porque su creadora, Square Enix, no ha realizado las modificaciones necesarias en el juego. Es decir, querían censurar contenido del juego, no se ha concretado más, pero posiblemente, en el juego se muestren con normalidad humanos que no reconoce Arabia Saudí. Y ejercer presión para censurar contenido de videojuegos a la vez que invierten agresivamente en videojuegos es un doble juego del que no puede salir nada bueno…

En cierto modo me resulta incómodo pensar que comprando productos de Nintendo indirectamente estamos financiando al régimen saudí. Cuanto mejor le vaya a Nintendo, mejor le va a ir la inversión a Arabia Saudí. Aunque también pienso en lo cínico que resulta ser un país que invierte dinero en empresas que defienden derechos e ideales contrarios a tu propio régimen. En fin, sé que hoy me he puesto un poco más serio de lo habitual, esto no es un divertido dato curioso sobre Nintendo, pero uno de los objetivos de Nintendatos es también entender lo que rodea a Nintendo: tenemos que conocer estas situaciones, lo que sucede en nuestra compañía de videojuegos favorita pero también en un país muy rico pero en el que se cometen atrocidades.

Fuentes y enlaces de interés